Semana Santa en San Luis: tierra de fe, destinos que despiertan los sentidos

Los caminos de la fe atraviesan valles, praderas, sierras y ríos, que guardan y conducen a tesoros sin tiempo, que con los años se convirtieron en protagonistas de la cultura popular y destinos turísticos.
Durante todo el año, los viajeros que elijan San Luis, como el turismo interno, podrán descansar, entretenerse y recorrer numerosos destinos, con un vasto patrimonio cultural, natural y la idiosincrasia del pueblo de San Luis, sin olvidar el sentido real de la Semana Santa.
Del norte hasta el sur, y del este al oeste sanluiseño, desde los orígenes de los pueblos, los pobladores de San Luis han escrito la historia con vastas muestras de fe a través de sus templos y las manifestaciones de esa fe que en distintos puntos del territorio provincial convocan a miles de fieles de distintos puntos del país.
Iglesia Catedral de San Luis, en la ciudad de San Luis: Fue declarada Lugar Histórico Nacional en 1975. Constituye un sitio de gran valor histórico, religioso y cultural. En su interior descansan los restos de dos obispos y los del coronel Juan Pascual Pringles. En la parte superior de la nave central se encuentra San Luís Rey de Francia, patrono de la ciudad y de la diócesis. La pintura del techo es la Asunción de la Santísima Virgen mientras los apóstoles la buscan en el sepulcro, realizada por Mateo Cerezo.
Templo de Nuestra Señora del Rosario del Trono, en la ciudad de San Luis: el Templo y convento fue fundado a finales del siglo XVI por Fray Baltasar Verdugo, que luego sería primer prior. En este lugar el dominico Fray Tomás Meneses organizó en 1758 la Cofradía del Santísimo Rosario, la primera Institución Católica de San Luis.
Parroquia Nuestra Señora del Rosario, en Villa de Merlo: Es de estilo colonial barroco construida antes de la fundación de la villa turística. Se encuentra situada frente a la plaza principal del pueblo con el fondo de las Sierras de los Comechingones.
Monasterio de Belén, en Carpintería: El Monasterio de Las Hijas de San Bruno de Belén y de la Asunción de la Virgen, emplazado en un sitio de privilegiada belleza fue el primero que se instaló en América Latina. Allí viven monjas de clausura, en soledad, dedicadas a una vida de plena adoración y devoción.
Monasterio El Suyuque: el Monasterio de Nuestra Señora de la Fidelidad, es un lugar de paz, al que se accede por un camino atravesado por una inmensa belleza, misticismo y paz.
Parroquia Cristo de La Quebrada, en Villa de La Quebrada: Este templo que guarda la imagen del Santo Cristo de la Quebrada, corazón de un pequeño pueblo emplazado en medio de un agreste paisaje, entre altas cumbres en la desembocadura de una gran quebrada. La capilla es antigua y tradicional, se erige contra la oscura y agreste mole del cerro Tinaja, por el que trepa un Vía Crucis que rememora las catorce estaciones del padecimiento de Jesucristo. Son catorce esculturas de tamaño natural realizadas en mármol de carrara, por el escultor italiano Nicolás Arrighi. Dentro del templo, de una sola nave, resplandece la imagen de Jesús Crucificado, el Cristo de la Quebrada, reliquia misionera que da nombre al pueblo y que es objeto de gran veneración.
Parroquia Santo Domingo de Guzmán, en La Toma: La ex Parroquia Nuestra Señora del Rosario de Saladillo fue erigida el 1º de julio de 1860. Su asiento se trasladó posteriormente a la estación Fraga y por último, en forma precaria y provisional, a la Parroquia de San Roque (Villa Mercedes). Fue sede parroquial desde 1860 hasta la creación de la Parroquia de La Toma, a finales de 1950, encontrándose actualmente dentro de su jurisdicción parroquial.
Parroquia del Cristo del Espino en Renca: Inmersa en el Valle del Conlara, la localidad de Renca nació con la llegada de la Orden Jesuita. La Capilla de Nuestro Señor de Renca, considerada una de las más antiguas de San Luis, fue construida a principios del siglo XVIII por las comunidades jesuitas que habitaban la zona en esos años.
Parroquia Nuestra Señora del Carmen en La Carolina: este templo fue edificado varias veces en el mismo lugar. Se encuentra a 2.018 metros sobre el nivel del mar. En el año 1732, sesenta años antes que el Marqués de Sobremonte fundara el pueblo, llegaron al lugar los Jesuitas, quienes ya en ese entonces se encontraron con una precaria capilla. A mediados del Siglo XX, se formó una Comisión Pro Templo de Carolina, y le colocaron el techo, las campanas y apisonaron el contrapiso.
Iglesia de San José, en El Morro: el pueblo se fundó alrededor de la histórica Iglesia de San José, construida en la primera mitad del siglo XVIII, que debió ser restaurada en 1841 como consecuencia de los destrozos que provocó el ataque de un malón al poblado. En su interior se destaca la estructura con tirantería de madera dura, sujeta con tientos de cuero crudo. Su arquitectura es muy modesta, como todas las capillas de la zona.
Iglesia San Francisco de Asís, en San Francisco del Monte de Oro: constituye un lugar donde se mezcla la historia de San Francisco del Monte de Oro con la religión. Se ubica en el Casco Histórico de la Banda Sur, frente a la actual plaza Sarmiento, y su construcción data de finales del siglo XVIII. Hacia 1859 fue declarada parroquia. Su arquitectura es similar a las iglesias de Luján y Leandro N. Alem, ya que fueron construidas en la misma época. Esta iglesia sufrió repetidos ataques tanto de indios como de montoneras, sufriendo también un incendio a causa de un rayo. La campana existente data de 1813.
Capilla Nuestra Señora de Luján, en Carpintería: la capilla comenzó a construirse en 1941, en torno a la cual creció el pueblo. Está enmarcada por un paisaje de gran belleza al pie de la Sierra de Los Comechingones, urbano y sereno.